Amanzando Potrillos: «Oats and Cream» toma una lección

La potranca se llama Oats and Cream, hija de Mr Sun O Lena y Black Cream (que es hija de Peponita). Empezé a amansar a Oats and Cream como una demostración para -AQHA y Bayer Corp. que eran los auspiciantes en la convención de la Asociación Nacional de Cattlemens Beeef, (las fotos que se utilizan en este artículo fueron tomadas allí).

«Hablando sobre los diversos pasos que sigo para amansar un potrillo, es muy importante recordar que los caballos y las circunstancias siempre varían. Yo les voy a hablar sobre lo que pasó ese día con este caballo en particular. Ella pudo comportarse diferente ese día, y probablemente yo podría haber obtenido una reacción diferente de otro caballo.

Cuando comienzo a amansar un caballo, lo primero que hago es una versión de “sacarle las cosquillas al caballo”. Lo trabajo en un corral redondo, con el caballo embozalado y el cabestro en mi mano, empiezo usando una pequeña bandera en la punta de un palo de 90 centímetros. Yo froto esa bandera por todo su cuerpo, eso hace que ella luego esté preparada para ponerle la montura y luego montarla.

A medida que pasaba la bandera por el cuerpo de Oats and Cream, ella hacía todo lo que podía para alejarse de la bandera, y cuando la pasaba por su estómago o la parte inferior de sus patas, ella la pateaba. Seguí trabajando con ella hasta encontrar un lugar en el cual la bandera no la molestara. Al principio tuve que alejar totalmente la bandera de ella para que se quedara tranquila, pero a medida que seguía trabajando con ella la aceptó en la parte cerca de su cruz. Ella podía tolerarla allí. Entonces cuando yo le pasaba la bandera por su estómago o parte inferior de las piernas y ella se negaba inmediatamente llevaba la bandera a la cruz por unos segundos, le daba tiempo a ella que se relajara, para luego continuar moviendo la bandera por el resto del cuerpo otra vez. Es importante buscar esos lugares, porque cuando se pudieron detectar, usted tiene un lugar para seguir en contacto sin retirar la bandera totalmente del caballo.

A medida que se iba acostumbrando a la bandera, empecé a encontrar otros lugares en donde no sentía molestia alguna. Tuve en cuenta esos lugares pero cuando rechazaba la bandera no volvía a esos lugares sino a la cruz. Una vez que acepta esos lugares uno no necesita volver a ellos. Cuando trabajaba con Oats and Cream con la bandera también lo hacía dirigiendo sus patas. Le permitía moverse alrededor, pero por medio del cabestro yo dirigía hacia dónde iba y cuándo. Cuando se asustaba de la bandera y necesitaba moverse, yo la dejaba. Pero yo sabía hacia dónde estaba moviéndose, entonces yo la ayudaba a llegar allí y volver luego al lugar donde estábamos.

Al principio yo trataba de controlar la pata trasera. Por ejemplo, si yo estoy parado en su lado izquierdo, y levanto el cabestro, si ella se mueve, yo quiero que su parte trasera vaya hacia su derecha. Si yo estoy parado del lado contrario va moverse para el lado opuesto. Eso es simplemente preservación de uno mismo. Cuando esos caballos necesitan moverse, no trate usted de mantenerlos quietos. Pero trate de dirigir la dirección hacia donde la parte trasera va. Una vez que ellos responden a eso, en el momento que usted tenga que ponerle la montura, ellos tendrán mayor voluntad para quedarse quietos. Usted trabajará esto al mismo tiempo que trabaja para que acepte la bandera.

Una vez que Oats and Cream aceptó la bandera por todo su cuerpo, incluyendo su cabeza, puse un lazo alrededor de su estómago y a la altura a donde va a estar la cincha y lo aprieto un poco. Eso le hace sentir la presión donde la cincha va a estar. Una vez que aceptó eso pasamos al mandil.

La bandera la prepara para el mandil, y el mandil la prepara para la montura. Uso el mandil para imitar a la montura, la pongo sobre ella y la quito varias veces de ambos lados. Es importante que se haga esto de los dos lados. Algunas veces los caballos se asustan si uno se mantiene solo de un lado por mucho tiempo. Cuando Oats and Cream se quedó quieta, mientras yo le ponía el mandil sobre su cuerpo como si fuese la montura, y ella no se preocupaba por eso, era el momento de ponerle la montura. Hasta este momento, llegar hasta aquí con la potranca me llevó por lo menos una hora de trabajo. Sin duda todos los caballos no llegan a este punto tan rápido como lo hizo Oats and Cream. Yo únicamente voy a avanzar a medida que ella me lo permita.

Cuando le pones la montura, Ray Hunt lo describe como que es igual a cuando uno se pone el sombrero en su cabeza. Uno no solo tira el sombrero en su cabeza sin acomodarlo después. Uno se lo pone y lo acomoda hasta sentir que realmente le queda cómodo. Uno pone la montura de la misma manera. Uno lo pone sobre el lomo del animal para que le quede bien.

También cuando usted ponga la montura sobre el caballo debe tener cuidado que las argollas de la cincha y los estribos no golpeen la paleta del lado derecho.
Después que la montura está en su lugar, yo ajusto la cincha, dejo que esté parada allí un momento, y luego le saco el bozal.

En este punto, dejo que ella haga todo lo que necesita para sentirse cómoda con la montura. Mi teoría es, si el caballo necesita corcovear, que lo haga, si necesita correr, que corra, está todo bien. Oats and Cream corcoveó.

Pero no lleva mucho tiempo para que esa montura sea parte de ellos, y esta es una buena oportunidad para trabajar la potranca en el corral redondo, dejándola dar vuelta en las dos direcciones, empezando al paso luego al trote y después al galope, para luego pasar de galope a trote y luego otra vez al paso. Es bueno tratar de relajar al caballo en el corral con otros caballos. Eso los ayuda a olvidarse de esa montura que tienen puesta más rápido.

También les da una razón para moverse y no sentir que uno los está empujando para que pasen a los distintos andares.

La idea es que se acostumbren a la montura. Después que aprenden a tolerar la montura, cuando los monto, trato de ser igual a la montura, sentarme justo en el centro de su lomo.»

-Joe Walter es un entrenador del Four Sixes Ranch en Guthrie, Texas, donde amansa un montón de potrillos cada año.-

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